Centro Masajes : Templo del Masaje
Ubicación : Metro Parque Bustamante
Costo : promo full
Horario : 11:30 am
Fono : el publicado
Recepción : Buena
Higiene : Buena
Terapeuta o Masajista
Masajista : Mia (la rusa)
Contextura : Alta. Buenas caderas y trasero.
Trato : 7
Cara : 6.5
Besos : No hubo (por covid)
Masaje : 6.5
Sensitivo : 7++
Tenía pensado volver a visitar a mi regalona a finales de mes, pero la incertidumbre de lo que podría pasar con el rebrote de covid en Santiago me llevaron a adelantar la visita a esta mujer que me regalonea como ninguna otra. Llego al Templo unos minutos antes de lo agendado. "Pasa nomás, ella te está esperando" me dicen por whatsapp cuando aviso de mi llegada. Me recibe Mia, quien me desinfecta los zapatos mientras me lavo las manos con alcohol gel. Subimos al cuarto agendado (había pedido que fuera en el que tiene cama, ya que venía con la maldad ya pensada). Después de la ducha aprovecho de abrazarla harto. Ella responde a mis caricias y se da vuelta, presionando su trasero contra mi entrepierna, mientras tomo sus pechos y aprovecho de quitarle el sostén.
Me tiendo en la camilla, con lo que ella comienza su masaje, muy sensual como siempre. Conversamos de varias cosas. bastante amistosamente. Se notaba que había buen ánimo. Ella se quita la ropa y comienza a besar mi espalda y luego mi cuello, mientras apoya sus pechos contra mi cuerpo. Se sube a la camilla y mientras siguen los besos y los roces de sus pechos comienza a frotar su entrepierna contra mi cuerpo. Generalmente ella presionaba su entrepierna contra mí, moviéndola suavemente, pero esta vez no era un movimiento suave, era una fricción más intensa que no solo abarcó mis nalgas sino que continuó hasta mi espalda. Aunque esto fue solo por unos momentos, ya auguraba que iba a ser una sesión muy erótica. "Suficiente masaje. Anda a la cama" me dice. Me acuesto y ella comienza a degustar mi miembro, cariñosa y minuciosamente como siempre, besando la punta y de ahí pasando a meterlo entero en su boca, besándolo y lamiéndolo. Ya estaba bien caliente cuando me dice "Ahora te toca", con lo que se acuesta y yo procedo a comérmela. Bastaron unos poquitos lengüetazos y besos para que ella comenzara a emitir unos gemidos exquisitos. Complemento el oral usando mis dedos y noto cómo comienza a estremecerse su cuerpo y cómo su sudor comienza a mezclarse con el aceite del masaje. Cuando ya estaba satisfecha, al punto que no soportaba un roce directo con su clítoris, nos disponemos a iniciar el "full": yo sobre ella, sus piernas a mis hombros. Ahí estoy un buen rato, disfrutando de su cuerpo, sintiendo sus temblores y sus sonidos mientras besaba su cuello, sus pechos y sus piernas. De ahí, seguimos a lo perrito un buen rato que disfruté más que la cresta, hasta que ya no aguanto más y termino en uno de los orgasmos más intensos que he tenido en un largo tiempo. Cada uno de las "réplicas" de mi orgasmo rebotaban en ella, haciéndola temblar también (qué sensación más rica).
Totalmente exhausto caigo a su lado. Ella me abraza y hablamos algo que ya ni me acuerdo. Ella se va a duchar permitiéndome descansar unos minutos más. Ya con los dos duchados, aprovechamos de tener la última conversación mientras ella ordenaba y yo me vestía. Nos aprovechamos de desear feliz navidad y feliz año nuevo y nos despedimos "¡Hasta el próximo año!"
Definitivamente esta fue la sesión más cachonda que he tenido con Mia, no solo porque yo estaba caliente sino porque ella también, lo que me llevó a gozar del encuentro más que la cresta. ¡Muchas gracias Mia por regalarme una vez más una sesión para el recuerdo, nos veremos la próxima!