Centro Masajes : Masajes Deseos
Ubicación : Metro U. de Chile
Costo : el publicado
Horario : 11:00 am
Fono : el publicado
Recepción : Buena
Higiene : Buena
Terapeuta o Masajista
Masajista : Anaís
Contextura : Flaquita riiiicaa
Trato : 7++
Cara : 7
Besos : 6.6
Masaje : 6.7,
Sensitivo : 7++
Desde hace tiempo que las fotos publicadas de Anaís en KissMe que me venían llamando la atención, y el progresivo aumento de reportes positivos me decidieron a conocerla. Aprovechando el sorteo de inauguración de Deseos, agendo con ella, con cierta dificultad ya que al parecer atiende desde las 12, pero me aceptaron agendar a las 11 con la promesa de ser puntual. Después de unos contratiempos que casi me atrasan, llego al lugar, donde rápidamente me recibe Anaís. Nos presentamos mutuamente, me saluda con una coqueta y simpática sonrisa y un beso en la mejilla. Las fotos de ella ya son bastante atractivas y me alegró ver que en la realidad es incluso más bella. Es bonita de cara, tiene lindos ojos, es delgadita pero con todo bien puesto... preciosa. Procedimiento estándar: al box, a la ducha, de vuelta a la camilla. Todo cómodo y limpio. Yo diría que el único punto débil del lugar es la ducha, que es bastante pequeñita, aunque igual logré acomodarme sin problema. Ya tendido en la camilla, ella me realiza un masaje bastante relajante. Se dio el tiempo de recorrer todo mi cuerpo, mientras conversábamos y nos íbamos conociendo. Ella fue todo el tiempo encantadora y coqueta. Como que no quiere la cosa, toma mi mano y la coloca en su entrepierna mientras continuaba su masaje y seguíamos conversando. Se quita el sostén y comienza a masajear mis pies con sus pechos. Sentía su suave piel con mis plantas, sus pezones entre mis dedos. Sus pechos son más bien pequeños, ¡pero vaya que sabe usarlos!. Luego se quita el colaless y se sube sobre mí, recorriendo mi cuerpo con el suyo. Ufff que cosa más rica. Me pide que me de vuelta, con lo que se coloca sobre mí, haciendo un 69, para aplicar condón (creo que con su boca) mientras me hace un muy buen oral, mientras yo me deleito lamiendo y chupando su clítoris. Luego vamos al borde de la camilla, ella continuando el oral (cada vez más intenso) mientras yo sujetaba su exuberante pelo crespo. Luego cambiamos de posición, ella en la camilla y yo haciéndole un oral. Me encantó su entrega, abriendo sus piernas o rodeándome con ellas, llevando mis manos a sus pechos y moviendo su cuerpo para gozar el momento. Cuando estuvo satisfecha (no sé si terminó, pero me alejó un poco) comenzó a rozar mi miembro contra sus genitales un rato para finalmente acostarme en la camilla para hacerme terminar en sus manos. Me limpia y mientras yo me disponía a levantarme y ducharme (como es usual), me dice que me tienda de nuevo para realizarme un masaje final. Con eso me mató. Me entrego nuevamente en sus manos. Ella masajeó bien mis hombros, mi cuello y mi pecho, dejándome tan relajado que no me habría costado nada quedarme dormido. Finalmente me dejó descansar un rato más mientras ella se fue a duchar. Tristemente todo llega a su final. Me ducho, me visto y nos despedimos.
Tremenda experiencia con Anaís. No son muchas las masajistas con quienes me he sentido tan bien, y aun más inusual es cuando eso pasa cuando recién nos conocemos. Ella es una morenaza hermosa, complaciente y muy simpática. Volveré definitivamente. Le agradecí en su momento y aprovecho de hacerlo otra vez: Gracias Anaís, lo pasé genial!