Datos Generales
Ubicación : Plaza de Armas
Costo : el publicado
Horarios : 11:00 am
Fono : el publicado
Recepción : Tierna y cariñosa
Higiene : Limpio y ordenado.
Terapeuta o Masajista
Masajista : Anais
Contextura : Delgada
Trato : 7++
Cara : 7
Besos : 7++
Masaje : 6.5
Sensitivo : 7++
Y sí, otra vez me dejé caer en las manos de Anais. Como es usual, acudo al lugar a la hora agendada, donde ella me recibe de un buen abrazo y un beso. Antes al agendar le comenté lo bien que le quedaba un peto blanco brillante. Y mira tú, justo ella me recibe ese día con esa misma ropa. Se nota la preocupación de ella en complacerte incluso con esos pequeños detalles. Acostado en la camilla después de la ducha, comienza ella un suave y muy relajante masaje. Mientras conversábamos de la vida ella se preocupaba de acariciar y masajear todos los rincones de mi cuerpo, dejándome super relajado. Y para terminar, una de las interacciones más ricas: toma mis pies y los estrecha contra sus suaves pechos blanditos, en los que, solo con el tacto, se destacan sus pezones duritos rozando mis plantas. Como solemos hacer, ella me permitió realizarle también un masaje. Aprovecho de recorrer todo su cuerpo, desde su estilizado cuello, pasando por su espalda hasta llegar a sus bien torneadas piernas, deteniéndome por supuesto en su hermoso y armonioso trasero. Comienzo a masturbarla lentamente, con lo que ella comienza a acelerar lentamente su respiración mientras mueve con suavidad sus caderas de atrás a adelante. Luego se da vuelta. Nos sentamos en la camilla frente a frente, nos abrazamos y acariciamos, nos besamos con todo y continuamos masturbándonos. La acuesto y comienzo a besar y lamer sus genitales y su clítoris. Ella se dejó querer, moviendo sus caderas rítmicamente y sujetando y guiando mi cabeza para que la estimulara a su gusto. Cuando la sentía muy excitada intercambiamos de posición. Me colocó condón y comenzó a hacerme un oral buenísimo. Con harta saliva me succionaba y lamía mi miembro. Así estuvo un buen rato hasta que me dejó listo para la batalla. Nos ponemos de pie y a lo perrito, con ella inclinada sobre la camilla. Y ahí comenzó un cuerpo a cuerpo maratónico, con toda la pasión que caraceriza a esta mujer. Ella empujaba su cuerpo rápida y agilmente contra mí, llevándome a penetrarla cada vez más intensamente mientras me decía que siguiera y expresaba su calentura con palabras que aumentaban aun más la mía. Luego extiende su sofá cama. La acuesto y me coloco sobre ella. Mientras me esforzaba para mover mis caderas contra ella, ella me rodeaba con sus piernas para mantenerme dentro, sin darme descanzo. Sudando como locos estuvimos así un buen rato hasta que ya no puede más y terminé en un intenso orgazmo que me dejó totalmente agotado sobre ella, abrazándola mientras ella me acariciaba suavemente la espalda. Nos quedamos un par de minutos en esa posición, sintiendo cómo nuestra respiración volvía lentamente al ritmo normal. Luego nos incorporamos y usamos unos pañitos húmedos para limpiarnos y quitarnos algo de sudor. De ahí lo típico: a la ducha, vestirme, pagar y despedirme, no sin antes aprovechar de regalonear un poco más con ella con unos ricos besitos y abrazos.
Y bueno. Otra tremenda experiencia con Anais. Su masaje es efectivo y muy relajante. Por otro lado, no deja de sorprenderme lo apasionada e inagotable que es esta mujer. Y si a eso se le suma su conversación, sus "detallitos" (como llevar la ropa interior que admiré antes), su simpatía y sus largos besos, esta mujer me deja loco. Además que me saca harta carrera, siempre me deja todo tembleque después de verla. Agotado pero más feliz que la cresta. ¿Volvería? Obviamente, ojalá tenga la oportunidad de volver aun muchas veces más.