Hace tanto tiempo que había leído sobre ella, solo quería conocerla.
Día de la semana, llamo, contesta ella, linda voz, quedé de dar una vueltecita para conocerla en un futuro cercano, ella acepta.
Día de la semana, camino bajo la lluvia en Santiago y la llamo. Para mi regocijo ambos tenemos un tiempo en común, así que me atrevo, camino por el frío de la tarde y llego a Jádex.
Toco el timbre sin saber qué sucederá al abrirse la puerta, y...¡tamaña sorpresa!...es ella, María Paz. Lo confieso, me encantó, ella tiene algo, un no se qué, algo que te hechiza, esa voz, esa risa, ese pelo negro, esos jeans que llevaba me dejaron embobado. Ella fue realmente una muy grata sorpresa para mi. Conversa, ducha de rigor, paso a la camilla. Excelentes manos, buen masaje, me dejo llevar, era solo de ella en ese momento.
Siento su hermoso cuerpo junto al mio, su respirar me rodea, sus besos y caricias suaves y sensuales en mi cuerpo. Solo quería verla, sentirla. Sigo sus órdenes al pie de la letra, pasamos a la segunda parte del masaje. El roce de su piel suave contra la mia, hasta que por fin escucho: «...dese vuelta...». El cielo se abrió ante mi, ella era una verdadera angelita, que mujer, me embrujó, fui suyo y ella mia en ese instante. Mi boca se volvía loca besando su exquisitez mas preciada, besos, besos y mas besos, mi lengua llena de su exquisito sabor, ella es un elixir de los dioses nórdicos destinado a este mortal en ese momento.
Sus placenteros sonidos, su respirar suave y erótico a la vez, su suave cuerpo moviéndose, María Paz me hechiza mas todavía, sigo besándola como loco, besos, caricias, placer, besos y mas besos en su cuerpo. Llega el momento cúlmine, estoy embriagado con ella, mi cuerpo entró en la locura final del placer.
Ambos estamos abrazados, sigo besándola, soy un niño en su regazo, mi corazón latiendo fuertemente por ella, su pecho junto al mio.
Ducha de rigor, despedida. La pena me embarga. Se ha terminado. Ahora qué importa la lluvia, los truenos, los relámpagos, qué importa. Solo me importa lo vivido con ella.
Aún estoy impregnado en su aroma. Aún estoy escuchando su voz y risa. Aún la veo. Aún siento sus abrazos.
María Paz, eres una mujer especial, no cambies nunca, eres exquisita. Me gustaste, me embrujaste, me hechizaste, me enloqueciste, ¿qué quieres que haga?. ¿Empotado?...ya me entregué a ti...¿volvería?...siempre volveré por tí María Paz, siempre. ¿Enamorado?...
María Paz, te soñaré todas las noches hasta volver a estar en tus brazos.
Tuyo, Flying Tiger.
Debian, Hyundai, Chevrolet