Datos Generales
Centro Masajes: Mías Spa.
Ubicación: Metro Salvador.
Costo: 20 lks. más tips.
Horarios: 16:00 hrs.
Fono: En el anuncio.
Recepción: Como en casa, o mejor.
Higiene: Bien.
Terapeuta o Masajista
Masajista: Anaís.
Contextura: Delgada.
Trato: 7.
Cara: 5,8
Besos: 5.
Masaje: 7.
Sensitivo: 6,7
Saludos de nuevo. Aquí voy con una nueva experiencia vivida, a pesar de que me he masajeado más de lo debido ahora último siento muy dentro de mí que esta experiencia debo plasmarla en un reporte, no me pregunten porqué y ni me lo pidieron, sólo se que debo hacerlo...
Viernes recién pasado, agendo una horita sin problema y llego al lugar. Cada vez me siento más como en casa cuando la -cada vez más conmigo- dulce Aylín me hace pasar y me lleva al box, uno que no había conocido hasta ahora. Impecable todo como ya deben saber los que han ido. Me presentan a las chicas disponibles, me topo nuevamente con Sole... jajajaja, un reencuentro simpaticón y más fluido que el primero entre ambos. Espectacular como siempre esa mujer y ahora aún más que estaba con lentes... ese toque intelectual me hizo casi elegirla para volver a vivir un erotismo como el que ella me supo dar... pero bah, en mi objetivo principal que es conocer a todo el staff Mías me incliné por la otra chica disponible: Anaís.
A la ducha y de guata nomás, a lo que vinimos.
Debo decir que la chica es muy simpática, buen trato, eso sí, es la más calladita de todas las que ya he conocido ya. Las conversaciones varias que tuvimos fueron más bien iniciadas por mí y que la hicieron soltarse más. Tampoco puedo quejarme ya que igual su buen masaje me tenía con más ganas de relajarme y dejarme llevar por la música que otra cosa, tanto así que me quedé dormido un par de minutos.
Hay que aplaudir su técnica de masaje, bien pausado y muy bien aplicado en cada parte del cuerpo, con énfasis y más fuerza en las espalda (lo cual personalmente siempre agradezco). Se ve que sabe del asunto. En la etapa final me pasa por mi cabeza un interesante accesorio el cual me hizo relajarme todavía más... nada que decir, aprueba con creces... ¡pero nadie me dijo que lo que venía sería aún mejor!
Sus uñas las sentí recorrer mis piernas, glúteos y espalda. Una picarona lengua a la vez acompañaba ese momento, besitos y más caricias sutiles las cuales me daban escalofríos wn, ricas sensaciones. Se aproxima a mi cuello y ahí supo detectar mi punto débil: los besos en mi oreja. Wow, esa lengua jugaba por la zona mientras yo no hallaba la hora de darme la vuelta. Cosa que hice tan pronto me dice que haga luego de algunos minutos de juego.
Me encuentro con ella semidesnuda, sus lindos y naturales pechos disponibles destacan el paisaje, muy linda figura, nada que decir... ya ésta vez ese rostro de niña buena más bien se transformó en picardía, se aproxima a recorrer con besos y su lengua por mi cuerpo mientras estimulaba a mi amigo que ya estaba reaccionando con fuerza a su gestión. Se sube a la camilla y aquí empieza lo terrible.
Sin casi dejarme reaccionar empieza un franeleo cuasi-asesino, ella sólo con un sensual colaless rosa se deposita sobre mí y mi dureza y sus movimientos incansables no se hicieron esperar. Yo no hallaba dónde meter mis manos wn, de principio acariciando sus pechos, su cola y también su cinturita y caderas para llevar el ritmo endemoniado que ella aplicaba mientras sus gemidos (algo exagerados sentí a veces) no se detenían. Se desliza un poco, enfunda y procede al examen oral. Buena ejecución, ni muy corto ni muy largo, con su lengua juega con el glande; le gusta, se ve en su rostro el cual te mira sin piedad cuando su boca trata con cariño a mi amigo. Qué rico momento... ¡pero!...
...já, ella se da vuelta, y ésta vez deja a merced todo lo que es un pedazo de r... una bonita cola para admirar. Me hace juntar las piernas, se sienta y el franeleo continuó wn. Dios mío, quién detiene a esa mujer, imparable, no se cansó de moverse y frotarse ante mi ya indefenso (mentira) amigo. Luego empiezan los saltos, jajaja... de principio como que me incomodó pero luego me gustó y más aún al ver su derriere moverse con esa intensidad, se veía muy bien y sensual con esa tanguita, quizá por eso no se la quité en ningún momento. Yo y mis fetiches...
Ella se baja de la camilla, y ahora a un costado de ella se tira encima mío para empezar a devorar mi cuello y orejas, le dije a su oído que quiero probar sus labios, lo cual ella ni lo pensó para besarme mientras su cuerpo entero se frotaba con el mío. Ella ya estaba desatada, una vorágine de sensualidad. Tomaba mi cabeza y mi pelo con fuerza, sus gemidos eran potentes, sus pezones duros como roca los cuales no dudé en besar mientras ella seguía con la estimulación y el regaloneo. Yo con mis manos acariciaba lo que podía, sobre todo su generosa cola. Fueron apasionados y largos minutos así, hasta que no había otro final que el más obvio. Ver la luz con ese ni