Jueves, salgo temprano de la pega y mi cabeza empieza a pensar en el ET... pero... Debo elegir a una reina, difícil elección, nunca es fácil para mi, todas las chicas son jugadas y hermosas. Cleopatra viene a mi mente, la reina más joven de Egipto que conquisto a Julio Cesar, de pronto se me aclara el panorama. La elegida es Valentina.
Datos Generales
Centro Masajes : El Templo
Ubicación : Parque Bustamante
Horarios: 5:30 pm
Fono : xx
Recepción : Josefa, rostro angelical, da ganas de comerla a besos.
Higiene : 7
Terapeuta o Masajista
Masajista : Valentina
Contextura : Busque imágenes de Cleopatra reina de Egipto
Trato : 7++
Cara: 7
Besos : 6
Masaje : 7 Muy bueno
Sensitivo : 7
Lo dicho, se agradece a Javi que me tiene una paciencia increíble, me cuesta elegir a la musa y menos cuando Roxy y Ariela están ocupadas por los foreros calientes que no dejan una hora libre, mas encima reservan 2 horas
, suelten a las chiquillas...
Pero la elección tiene su merito, elegí el encanto y la suavidad de Valentina, una reina, diosa de Egipto, labios finos y suaves, mirada oscura profunda, que te invita a viajar y perderte en el universo, que te trague aquel agujero negro, y que te envuelva en su piel cálida y suave, viajaría billones de años perdido en ese negro infinito de sus ojos, los más hermosos que haya visto.
Al entrar al local, me recibe Josefa, paso directo al box ya que Javi me había llamado a decirme que se desocupo uno, box 1, paso y todo impecable y en orden. Me pongo cómodo, a los pocos minutos llega Valentina y al mirarme sonríe y conquista mi corazón, la más tierna, se acerca y me acerco, el encuentro se funde un roce de labios, besos suaves y cálidos, ella intenta utilizar la lengua con un poco de recelo, la entiendo y no la presiono, al contrario sigo su ritmo y entramos en confianza... Quieres la ducha? Mi respuesta "cómo?, este si, si", "Alo Huoston, Houston...", tuve que bajar de la luna para contestar la pregunta. Busca toalla, no la encontró, pero me pide de la manera más atenta que la espere. "My Lord, I will take a towel down stairs, give me a second..." "Mi señor, voy a buscar una toalla abajo, deme un segundo..." Vaya mi fantasía, estoy siendo atendido por la mismísima Cleopatra. Aprovecho el tiempo y me desnudo con total orden coloco mis aposentos en la percha, gancho o colgador, lo que sea que tengan en el box. Sube en un instante, con su sonrisa y su mirada de lolita, viene con la toalla, tomo el pantalón me lo saco y el interior también, últimas prendas para quedar desnudo, con la intención de que me vea, me paro frente a ella y por fin tomo la toalla. Su semblante es tranquilo, pero sus sonrisa cambia a algo más picaron. Por fin salgo del box rumbo a la ducha, abro el grifo de agua caliente y el de fría llegando a al equilibrio de agua tibia que cae en mi cabeza hombros y espalda, siento correr el agua en mi cuerpo sensación deliciosa... Termino de asearme, me seco y llego al box.
La puerta se abre, y frente a mi Valentina sentada solamente vistiendo su delantal de masaje, su pelo cae sobre sus hombros, el delantal muestra un escote no tan profundo, pero se nota sus pechos juveniles, duros y redondos apuntando a las estrellas. Mi mirada baja y encuentra su piel canela, esta sin nada bajo la cintura, sus caderas duras y bien formadas, sus piernas resaltan su belleza. Me quito la toalla, ella se para, roza su desnudez con la mía y nos fundimos en un beso de amantes, el beso no es tan fuerte pero contiene el ingrediente adecuado para que la pasión fluya y llene el espacio entre nuestros cuerpos. A medida que nos besamos, suavemente toma el cierre de su delantal y lo desliza hacia abajo hasta quedar descubierto totalmente su ombligo, meto mis manos y acaricio sus cintura escuchando la armonía de un cuerpo que empieza a sentir el calor del sexo, se lo saca totalmente, a continuación su brazier, no espera a que lo saque y lo tira lejos hacia el banquillo que tiene el box, mis manos ya estan en sus pechos, mis dedos redondean sus pezones, duros para ese entonces, su piel es suave y mis manos me permiten sentir esos volcanes de placer. Recorro su cuerpo hacia sus muslos, sus glúteos, y su entrepierna, tiene un olor exquisito. Toma mi miembro y su mano recorre de arriba hacia abajo, mientras sus ojos me miran, esa mirada coqueta, me besa, sus labios rozan los mios. Estoy de pie y me presiona contra la camilla, mientras se sienta en el banquillo, toma un preservativo lo coloca suavemente mientras la beso, estoy inclinado, una vez que lo coloca, revisa con cuidado que este todo en orden, lo levanta, gira al costado hacia el otro y de pronto se lo mete en la boquita, presión justa para dar placer al camillero, lo disfruto, acaricia con sus manos mi cuerpo, mi ombligo, después de un buen rato en esa faena se pone de pie y sube a la camilla en donde puedo introducir mi pene en su delicioso tesoro, le doy suave y ritmicamente, disfruto, pero la camilla me queda muy arriba y estoy incomodo, la tomo y la bajo al piso se pone en 4 y procedo a darcelo ya sin contemplaciones, estaba muy caliente y procedí con todo, empecé a escuchar sus quejidos y me calenté más aún, me salí un momento y retrocedí para tener una mirada de su culo, echo a la perfección, baje mi cabeza y alcance su clítoris, que sabia al jugo de los dioses, estuve por un momento así. Me paro y procedo nuevamente en 4, por fin le pido que se acerque, ahora estoy sentado en el banquillo, ella se sube a mi amigo frente a mi, y empieza una cabalgata que no me la esperaba de ella, se noto que lo disfrutaba y por fin llegue al clímax. Acaricie su cuerpo, sus pechos, sus glúteos, que delicia de mujer. Me limpia y me pide que suba a la camilla.
Ya recostado boca abajo me pregunta si tengo algún dolor, le digo que si que me duele el cuello, toma la crema y se acerca a la parte mencionada, aplica un masaje que me deja relajado, más aún después de lo ya vivido, recorre todo mi cuerpo con la presión adecuada y al final se convierte en un masaje profesional que me deja como nuevo.
Ojos negros, espacio infinito en que pierdo mi control, déjame envolverme en la calidez del negro intenso que aflora mi pasión, permitirme acercarme y ofrecer mi ardor, permitirme ocupar el espacio sagrado de tu entre pierna, y disfrutar del placer de los dioses, permite que mi cuerpo viaje a gusto en El Templo del masaje.
Volveria: Si, sin lugar a dudas.