En estos días, en que busco calidad de servicio y seguridad, traté de agendar con mi primera preferencia y fallamos, ella ha tenido complicaciones de horarios. La idea, entonces, era encontrar alguna alternativa similar en físico y atención.
Entonces, me enteré que BS había empezado a atender, me contacté con Laura y después de barajar alternativas, opté por Albany.
Hoy, solicité el permiso correspondiente “Salida para satisfacer los bajos instintos”… tiempo máximo 3 horas. Salí de mi casa a tomar el metro. Lamentáblemente, calculé mal el tiempo, con parámetros pre-pandemia. Avisé que iba algo atrasado.
Al llegar, el conserje pidió carnet y me hizo pasar. Al llegar arriba, me abre la puerta una flaca de sonrisa amplia y amistosa. El lugar, un depto de un ambiente, con una cocina, sofá, mesa de centro y una cama dos plazas. No conocía a Albany, se ve bastante bien y su trato es amistoso y cercano. Algo de conversa mientras me saco la ropa (más abrigado que…) y luego paso a la ducha. Al salir, ella me invita a tenderme en la cama. Le comento que me decidí por ella por una foto, le especifiqué cual y ella me exhibe la misma parte de su anatomía que aparecía en la foto y que no voy a mencionar… pero qué rico culo!
Antes de empezar el masaje, le digo que estoy muy necesitado de cariño, debido a la pandemia. Ella procede con un masaje muy agradable y no tardó mucho en acercar sus manos a mis zonas sensibles… RRRIIIICOOO.
Sin mucho preambulo, pero algunos detallitos muy placenteros, me invita a darme vuelta y, sin advertir ni nada, se posiciona para un 70-1… qué vista! Acaricié su culo mientras ella se encargaba de FC a quien había vestido según las instrucciones de la OMS. De las caricias pasé a los besos y ella se acomodó para darme acceso a su intimidad, donde mi lengua hizo su mejor esfuerzo. En medio de esa situación que me dejaba absolutamente frágil y vulnerable, me hizo la pregunta del millón (bueno, no tanto tampoco) y aun tuve valor para resistirme.
Seguimos en nuestras tareas… en algún momento, ella se cambió de posición y se arrodilló entre mis piernas para dejarme ver cómo atendía a FC. Al rato, se volvió a montar y aprisionó, a FC entre sus ricos gluteos… por un momento, temí que a FC pudiera faltarle el aire, pero el loco estaba japi. Hizo algunos otros movimientos inmisericordes y me volvió a preguntar, esta vez, era más bien un desafío. Y, después de sacar cuentas de lo que llevaba en la billetera, le dí el sí, aun a riesgo de que pensara que yo soy fácil.
Aprovechando la posición de montura invertida en que estaba, tomó a FC y lo ví desaparecer… volvería a verlo? Se movía como si fuera el 27F (de 2010). Hizo algunos cambios de estilo y de ritmo, yo acariciaba lo que estaba al alcance de mis manos.
Después de un rato, se volvió a poner entre mis rodillas, quitó el traje a riesgo de contagi para FC y empezó a darle tratamiento manual. En eso estuvimos un buen rato, hasta que FC estalló y yo me estremecí como si estuviera en mis últimos estertores. Qué cosa más rica. Parece que el confinamiento lo pone a uno más sensible a estas situaciones.
Recuperar el aliento, conversa, pasar a la ducha, vestirme, pagar y volver a la realidad: Santiago en pandemia.
Albany es una flaca de un cuero muy rico, unas tetitas pequeñas muy hermosas y muy sabrosas, un culo hecho a mano. Su atención es muy jugada y complaciente. Me habló de un dual con Cony, que de momento no ha retornado a la faena. Pero de puro imaginármelo quedé tiritón… un dual de ricos culos, el sueño del pibe.
Gracias Albany, fue una buena experiencia y que me dejó con ganas de volver.
Gracias MADURO, por mandarnos estas ricuras.
Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.