Cada cierto tiempo, sin querer olvidar mi activa membresía tanto en La camilla como en otras desaparecidas paginas masajísticas, decido volver sobre mis pasos, aventurándome en el templo que me atraiga más.
Después de algunos días, y decidiendo mascar algo del 10% recibido, decidí agendar previa cita, en Orión.
A través del wtssp, me atienden muy cordialmente y, previo envío de fotografías, decido agendar con Oriana.
Casi con puntualidad inglesa, me agencio en el portal y me reciben cálidamente, invitándome a pasar al box.
Oriana entra y, debo decirlo, pude comprobar In Situ, que las imágenes no le hacen justicia alguna. Conversamos muy relajadamente, me ofrece la ducha y acepto. Punto aparte, hay que decirlo, el agua caliente como es menester, el baño muy limpio. Se agradece.
Una vez postrado, de cúbito ventral, sobre la camilla, me pregunta por la preferencia del masaje. Este vetusto y cincuentenario cuerpo, necesitaba un masaje que pudiera quitarme algunos malestares dorsales, lo que Oriana consiguió con holgura, debo decir.
La conversación fue de agradable a muy cómoda, fluyendo gentil y honesta.
El momento de voltearme, y de cubrir las vergüenzas para no quedar en evidencia temprana, puedo darme cuenta que se ha desprendido de sus ropas, permaneciendo en su cuerpo solo una pequeña tanga de lencería incitante.
Su cuerpo, sus curvas, su piel pálida, sin dudar estremecieron mis sentidos…
Me pregunta la edad, la confieso, no me cree, nos reímos…
Mis piel estaba, por completo, en sus manos. Y no podía haber caído en mejores manos…
Su torso desnudo se aceraba, peligrosamente, a mi boca. Sentí por momentos, que los años noveles habían regresado a mí.
Bebí el dulzor de sus pechos, pudiendo sentir la suavidad sedosa de su piel. Sin apurar el paso, su tanga cayó y dejó al descubierto su cuerpo desnudo y perfecto ante mis ojos.
Le tomé por la cintura y le llevé a sentarse sobre la camilla…no podía dejar de besar sus pechos insolentes, llenos de placer…separé suavemente sus piernas y me sumergí en el pozo del placer absoluto.
Bebí también de su sexo, suavemente, disfrutando de cada centímetro de su piel, sintiendo su humedad brotar gentil.
Deben creer que disfruté cada Centímetro de su piel…cada uno.
Habiendo detalles que guardo sólo para mí, puedo comentarles que el placer fue mutuo y explosivo.
Feliz de caer y conocer a Oriana…una vez que ya estábamos vestidos, me pregunta si volveré…Sin Duda alguna, más temprano que tarde estaré dispuesto a caer en sus manos, en su cuerpo, en su piel toda.