Luego de una infructuosa búsqueda de un blusero instrumento,y de un largo divagar, lleno de dudas me decido a enviar whatsapp.
Mi interlocutora me pregunta si tengo con quien atenderme, le comento que estoy indeciso y me llena de confianza al decirme "Acá le hacemos presentación".
Me parece que no alcancé a demorar cinco minutos entre cerrar el wsp y tocar el timbre.
Desde el otro lado se oían voces femeninas, casi me borro la huella digital de tanto apretar, hasta que mando mensaje "Está malo el timbre?"
Y me abre la puerta con una sonrisa sutil, delicada, grácil (quedo prendado de su mirada)
Me conduce al box y se presenta, Soy Perla, y anuncia a las chicas presentes.
Una tras otra me saludaban sonrientes, la indecisión se volvía más intensa...Vuelve, le confieso que la decisión era extremadamente difícil, más aún si ya recordaba yo algunas fotografías que ví acá, en el foro.
Me decido por ella, me ofrece ducha y de vuelta sobre la camilla.
Tiendo este cuerpo decadente y comienza todo.
Para ser sincero algo había en su mirada, un halo de misterio y cierta carga de química.
La conversación se fué dando amena,honesta y eso (en estos tiempos que corren) es bastante atípico.
Los temas fueron variando, y siento que nos fuimos sincerando.
Mientras que para algunos, tenderse en una camilla es sinónimo de liberación de tabúes y deseos ocultos. Para este vetusto camillero old school, es cuestión de sensaciones en donde, como reza El Principito, lo esencial es invisible a los ojos...
Confesiones pasaron entre ambos, su sonrisa embriagaba en verdad y,como ya dije, que te vean a los ojos mientras te conversan, tal como una extinta gema, en verda se atesora y marca diferencias.
De sensaciones? muchas...De placeres?...los justos.
Su figura te hace voltear la mirada, su charla te hace olvidar el reloj.
Puedo decir que su piel sabe a verdad y que algún comentario sobre sus bondades, no hace más que dejar en evidencia que cuando las herraduras suenan es por que hacen falta clavos.
Sólo puedo decir, que fue un absoluto placer descubrir a Perla. Y no hablo sólo de placeres carnales, pues no sólo de pan vive el hombre.
Mientras bajaba, peldaño a peldaño recreaba la experiencia y me prometí volver...más temprano que tarde.
Esperando, en la interna, que mis sensaciones gocen del don de la reciprocidad.