Datos Generales
Centro Masajes : Independiente
Ubicación : Metro Santa Lucía
Costo : el publicado
Horario : 10:00 am
Fono : el publicado
Recepción : Buena
Higiene : Muy buena.
Terapeuta o Masajista
Masajista : Alma
Contextura : Delgada, bien bonita.
Trato : 7
Cara : 6.8
Besos : 7++
Masaje : 6.8
Sensitivo : 7++
A Alma la conocí el año pasado, y aunque inmediatamente noté la enorme calidad de su atención, entre las cosas de la vida diaria, la curiosidad camillística y alguna descoordinación que frustró alguna reunión, me había atendido con ella solo un par de veces el años pasado. Pero cuando caché que volvía a atender hace un par de meses supe que era momento de repetir la experiencia.
Había estado intentando agendar con ella hace como una semana pero sin resultado (los mensajes ni si quiera fueron recibidos). ¿Será que se estará retirando otra vez frente al actual rebrote del virus? Pero la calentura es poderosa y seguido veía su whatsapp, hasta que varios días después vi que mis mensajes habían sido recibidos (dos ticks). Inmediatamente le mensajeo para agendar para una mañana posterior (comparto con ella el gusto de agendar con tiempo). Acudo el día agendado sin problema. Ella me recibe en la puerta. Está rica Alma, flaca y largo pelo negro.
Subimos a su departamento. Dejamos nuestros calzados en la entrada. Me ducho y vuelvo al cuarto, donde ella me espera en ropa interior negra. Pucha que está rica Alma. Ya duchado la abrazo con confianza. Me tiendo en la cama (amplia, ideal para regalonear con comodidad). Comienza un masaje suave y relajante. Mientras conversamos de una cosa y otra, ella masajea espalda, glúteos y piernas con tranquilidad y cuidado. Ya llevaba un buen tiempo masajeando (yo totalmente cómodo) y mientras seguíamos conversando noto como se quita su ropa interior. Seguimos conversando con normalidad, pero mi amigo de abajo comenzó a estirarse (probablemente para mirarla mejor) y a exigir más espacio. Ella sigue masajeando, pero el ambiente ya se estaba calentando así que comienza a besarme suavemente en la espalda, recorriéndola con sus suaves y tibios labios. Me pide que me de vuelta y comienza a hacerme un oral bien dedicado. Definitivamente los besos de Alma son uno de sus puntos fuertes: excita demasiado donde sea que te bese. Sigue animadamente dándome un excelente oral. Yo ya comienzo a sentir que si sigue así me voy a ir cortado, lo que iba en contra de mis propósitos de pasar un buen tiempo en contacto con su bello y tibio cuerpo, así que me siento y comienzo a tocarla. "Ahora me toca a mi" le digo. Ella, buena entendedora, sin más explicación se tiende en la cama. Comienzo a recorrer su cuerpo con mis manos y con mis besos. Me regala uno de esos besos mortales que da ella que te dejan sin aliento. Luego sigo besando su cuerpo hasta que llego a su pubis, donde me entretengo largo rato midiendo sus reacciones a mis estímulos. Le doy un oral por largo rato hasta que ella está satisfecha. Me dice que ahora me toca mí. Me tiendo en la cama, no sin antes pedirle que vaya despacio, que con tanto preámbulo (para mí) no quería terminar tan rápido. Alma se apiada de mí y a pesar del tiempo que ya llevábamos disfrutándonos el uno al otro, me da un oral suave, permitiéndome disfrutar a concho cada una de sus técnicas chupísticas, hasta que termino con fuerza. Ella suavemente sigue presionando mi miembro hasta quitarme todos los tiritones que me quedaban dentro y drenar hasta la última gota.
Conversamos un rato en la cama, dándome tiempo de descansar. Luego a la ducha, despedida y a la calle, más relajado que la cresta. Con las piernas medio blandengues, casi me saco la cresta al resbalarme en el último escalón de la escalera. Alma linda, flaquita rica, quedé con ganas de abrazarla por el resto del día. Ojalá la pandemia no golpee muy duro para poder volver a verla pronto.