La semana pasada dejé reporte de mi visita a Anahi de Kiss me. Como la experiencia fue sitiva, pero quedaron algunos pendientes, volví con ella. No voy a poner tabla porque sería repetir conceptos.
Durante la mañana agendé, vía wsp, para las 17:00. A las 16:55 estaba yo tocando el timbre. Me recibió la propia Anahí, con su sonrisa sensual y acogedora. El punto negativo: la semana pasada, dado q ue llegué a las 17:15 (originalmente había agendado a las 18:00) me asignaron un microbox, muy incómodo, esta vez llegué temprano para ver si conseguía el box grande, pero quedé fuera por llegar muy temprano ¡¡Cuek!!
Ducha y regreso al box. Muy pronto llegó ella. La semana pasada me había faltado tiempo y habíamos acordado que esta vez dejaríamos el masaje para el final, así que procedí con besos y caricias mientras le quitaba sus prendas y la dejaba desnudita… brrr!!
Entre caricias y besos, me encontré pronto en la zona cero, mi lengua, con el apoyo de mis manos, procuraron darle placer, para ponerla a tono. Consguido el objetivo, ella quedó pochita, tendida sobre la camilla, me pidió que yo le pasara un preservativo que había dejado sobre una mesi ta que estaba fuera del alcance de su mano, jajaja
Puesto el profilactico, ella procedió con un rico oral. Luego de un rato, la hice ponerse de pie e iniciamos un juego de roces intenso, acompañado de caricias y besos. Ella hizo la pregunta del millón de dólares (bueno, no tanto). Yo, a modo de respuesta, moví la camilla hacia el centro del box (estaba pegada a la pared) y me tendí de espaldas. Ella entendió y se subió e inició una cabalgata demencial…. ¡alguien que la sujete, por favor!
Luego de un rato en esa cabalgata, nos bajamos de la camilla, ella retiró el condón y jugueteó un rato con FC, yo ayudé. Ese juego siguió hasta que vi la luz y me derramé sobre su delantera… ¡KELICO!
Nos limpiamos y tuvimos un momento tiernucho durante unos minutos. Luego ella me preguntó si quería masaje, yo ler pedí que me encremara la espalda solamente, lo necesitaba.
Pasamos a la ducha juntos, vestirme, pagar y regresar a la realidad pandémica de la ciudad.
El riesgo de que Anahí se convierte en una favorita va en aumento…
Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.