Datos Generales
Centro Masajes : Seducción
Ubicación : Plaza de Armas
Costo : full
Horario : 10:00 am
Fono : el publicado
Recepción : De amiga
Higiene : Impecable.
Terapeuta o Masajista
Masajista : Pamela
Contextura : Curvilinea rica
Trato : 7++
Cara : 6
Besos : 6.5 bien ricos pero pocos
Masaje : 6
Sensitivo : 7++
Pues este centro recién lo abrieron Pamela y Annaís (venezolana y chilena respectivamente, ambas ex Templo). Apenas supe de este centro me apunté el primero para inaugurarlo (a pesar de que me había masajeado hace poco, me tenté y fui altiro; ¿seré muy caliente?; no contesten). Agendo con Pamela, una de mis masajistas favoritas. Ella es morena, de pelo negro, lindo cuerpo, simpática, siempre preocupada de dar un buen servicio y muy regalona. Me recibe puntual la misma Pamela. Nos saludamos de un abrazo y un beso. El centro todavía le falta ordenar ordenar un poco su recepción, pero las partes importantes: el baño y los boxes, están funcionando con todo lo necesario. De vuelta al box después de la ducha espero a Pamela acostado en la camilla. A los pocos minutos llega ella y comienza un agradable masaje, recorriendo desde mis piernas hasta mi espalda y cuello. Mientras tanto nos ponemos al día con una animada conversación. Le pido que se concentre en el cuello, que lo tenía para la historia, a lo que ella no pone ningún problema. Ya mucho más relajado, cambiamos: ella se desnuda y se echa en la camilla, permitiéndome recorrer todo su cuerpo y su morena piel con un masaje. Ya cuando las cosas se estaban calentando, se levanta y nos vamos al sofá-cama (que ella desplegó para poder acostarnos). Ahí aplica condón y me realiza un rico oral: lamiendo y besando, metiéndoselo a la boca desde la punta hasta el fondo, para volver a la punta y jugar con ella chupándola y lamiéndola. Ya cuando me tenía excitado y listo, se monta sobre mi, cabalgándome mientras la abrazaba, la tocaba entera, la besaba en sus pechos y sus labios. "Ponme en cuatro" me dice, levantándose y adoptando la posición para que la penetrara a lo perrito, permitiéndome montarla hasta la saciedad, mientras veía las curvas de su espalda y la redondez de su trasero. Ahí traté de aguantar lo más posible, variando de velocidades y disminuyendo de intensidad, pero ella me pedía más y más, hasta que finalmente terminé en un potente orgasmo. Me acuesto y descanso un poco mientras ella ordenaba y me limpiaba. De ahí a la ducha, una última conversación y nos despedimos, no sin antes desearles buena suerte a ella y a Annaís en este nuevo centro.
Volvería? Claro que sí, Pamela siempre me hace sentir bienvenido y su atención es muy buena y jugada. Por otro lado, Annaís ya tiene su trayectoria con varios reportes positivos. Esos antecedentes auguran puras cosas buenas de este centro.