Centro Masajes: Deseos
Ubicación: Huérfanos.
Costo: Full
Horarios: A la hora del postre.
Fono: +56998128577
Recepción: Maravillosa
Higiene: Un lugar muy grato, discreto y cómodo
Terapeuta o Masajista
Masajista: Anais
Contextura: Adictiva
Trato: cercano, alegre y sensual.
Cara: encantadora y sonriente.
Besos: por uno de la flaca daría lo que fuera.
Masaje: Intensivo con resucitación incluida.
Sensitivo: la mejor experiencia, morir y volver a la vida.
Y nos encaminamos al otoño, antesala del invierno. Las hojas van abandonando su lugar y se dejan llevar por el viento. En una de esas me dejé llevar y partí a ver a la flaquita. Su contacto telefónico, todo bien coordinado y a la hora de la hora estoy ante la puerta del edén. Toco el timbre una vez y nada, espero unos minutos y nada. Vuelvo a tocar el timbre y esta vez golpeo suavemente la puerta y de repente aparece ella, toda sonriente y cariñosa. Vestía (vestía?) o sea casi no vestía, llevaba muy poquita ropa y mi mirada se quedó clavada en su… sonrisa. Es muy sonriente ella, tanto en sentido horizontal como vertical. Ríe todo el tiempo y se guarda unas sorpresitas que ya les contaré.
Como ya nos conocemos hay confianza, y el contacto cercano del tercer tipo avanza rápidamente, sus abrazos franeleados, sus buenos besos, una grata previa a lo que vendrá. Luego de esa cálida bienvenida, me voy a la duchita, aperado con toalla y chalas ella me guía mientras contonea esa exquisita anatomía camino al baño.
De vuelta al box, está ella en semipenumbra esperándome con su diminuto colaless rojo y esa tremenda sonrisa, sus labios parecen tener imán, así que de inmediato nos instalamos a besarnos sobre el pequeño futón que hay en el box. Yo me dejé querer y salí ganando lejos. Ella se dedicó a recorrerme con esos labios carnosos de pies a cabeza, acariciándome suavemente, deteniéndose alrededor de mi trinidad repartiendo unos besitos suaves y superficiales como si estuviese en una degustación. Yo mientras tanto recorría su cuerpo con mis dedos explorando cada lugar con toda tranquilidad. Poco a poco iba subiendo la temperatura y la intimidad del recorrido que cada uno hacía, dejándonos llevar por la música y el deseo de cada uno de sentir y hacer sentir al otro.
En otro momento, el recorrido se trasladó a la camilla con ella tendida allí y yo explorando su piel con mi lengua, primero de frente y luego con ella de espaldas. La luz del lugar hacía que su cuerpo se viera precioso, y así estuvimos largo rato hasta que le pedí que se pusiera de pie y nos fundimos en un largo e intenso abrazo, acompañado de besos, caricias, miradas cómplices. Fue allí que ella se quitó la poca ropa que llevaba y quedamos ambos desnudos. Fue exquisito recorrerla y sentir su respiración agitada mientras “bailábamos” sobre la alfombra y ella me ofrecía sus delicias. Luego de eso, me regaló una sensación exquisita procediendo a enfundar con su boca, mientras me miraba de rodillas y comenzaba un juego a veces frenético y otras suavemente, de devorarme y comenzar un camino sin retorno.
De allí nos fuimos al futón, al principio ella de pie, y yo tendido contemplando sus desnudeces humedecidas. Allí Anahi hizo lo que quiso (cual ciclón caribeño!!!!), y cómo decirle que no, oral, misionero, ella cabalgándome de espaldas haciendo retumbar sus nalgas sobre mí, hasta unos mordiscos exquisitos me tocó recibir. Ese lugar era un carnaval desenfrenado y yo me dejaba llevar.
Y aquí vino lo difícil, se me acabaron las pilas, aterrizaje forzoso!!!! Emergencia emergencia, danger, danger!!!!
Yo no tenía idea que Anais aparte de sexy, también tiene conocimientos de primeros auxilios, y se aplicó con técnicas resucitatorias de primer orden, respiración boca a boca, masaje “no cardiaco precisamente, compresiones varias, todo hecho con cariño y dedicación. Afortunadamente todo volvió a la normalidad y pudimos continuar en nuestros afanes eróticos hasta que vino lo inevitable, la “pequeña muerte”. Y vi las estrellas fundido en un abrazo exquisito con esta hermosa mujer caribeña. Después unos arrumacos, compartimos un chocolatito, la duchita, unos buenos deseos, su beso de despedida.
Gracias Anais!!!!
Volvería, pero claro.