Centro Masajes : Bliss55
Ubicación : Metro Plaza de Armas
Costo : el publicado
Horario : 11:30
Fono : el publicado
Recepción : Buena, como siempre
Higiene : Buena, como siempre
Terapeuta o Masajista
Masajista : Ignacia
Contextura : Delgada y curvilínea, con todo muy buen puesto
Trato : 6.8
Cara : 6.8
Besos : 7++ (me dejó sin aire)
Masaje : 6.0
Sensitivo : 7
Hace unas semanas, yendo a ver a otra chica en Bliss55, me recibió Ignacia. Fueron pocos segundos entre abrirme la puerta y llevarme al box, pero su belleza me dejó super enganchado para volver a verla. Estuvo un tiempo alejada, pero ahora que volvió aproveché de ir a verla. Como siempre la comunicación al whatsapp de Bliss es expedita y rápidamente agendo con Ignacia. Llegé unos minutos temprano pero me hicieron pasar sin problemas. Me recibió Ignacia vistiendo lencería negra de encaje. Ignacia está demasiado rica. Delgadita pero con unas hermosas curvas: linda cintura, trasero y pechos no muy grandes pero bien paraditos y firmes, acordes a su contextura. Me da un beso medio cuneteado (de puro gil dirigí mi beso a su mejilla mientras que ella lo dirigió a mis labios). Trámite usual: desvestirme, ducha y regreso al box. Ya acomodado en la camilla ella comienza a hacerme un masaje suave y relajante. Mientras tanto conversamos de lo uno y lo otro, poniéndonos al día con lo ocurrido desde la última vez que me atendió, hace ya varios meses. De pronto estiro la mano y comienzo a acariciarle sus muslos. Ella inmediatamente lleva mis manos hacia su trasero. Se coloca a la cabecera de la camilla, se quita el sostén y se inclina sobre mi, besando mi espalda mientras sus pechos me iban rozando. Sus besos se dirigen a mi cuello y boca. Aún de pecho sobre la camilla me incorporo para acariciarla y besarla. Ella acerca sus pechos a mi boca. Con una mano masajeo uno de sus pechos mientras le beso el otro. Luego se agacha un poco más y comienza a besarme con todo, a la vez que apoya una rodilla sobre la camilla, invitándome a tocarla en su entrepierna. La acaricio, agarro y masturbo mientras ella no para de besarme. Luego se aleja un poco para terminar de desvestirse. Le pregunto si me daba vuelta o si quedaba más del masaje. "Como quieras. ¿Quiere que te haga más masaje?" Me pregunta. El masaje se me había hecho un poco corto, así que le digo que continúe el masaje. Ella continua acariciándome suavemente, pero poco después se sube sobre mí, rodeándome con sus hermosas y firmes piernas a la vez que apoyaba su entrepierna sobre mis caderas y comenzaba a rozar sus pechos sobre mi espalda, todo eso acompañado con muchos besos en mi cuello y boca. Se baja de la camilla. Me tenía tan prendido que no le pregunté nada y me di vuelta para sentarme en la camilla frente a ella. Ahí me agarró a besos y no me soltó. Nos besamos por largo rato, mientras nos acariciábamos y masturbábamos. Me colocó condón y me hizo un rico oral. A ratos ella se daba vuelta para masturbarme con su cola. ¡Qué cola más rica! Redondita y firme. Mientras rozaba mi miembro en su cola le agarraba sus pechos mientras le besaba el cuello y la masturbaba. Ella volvía a darse vuelta para seguir besándome y masturbándome. Le di algunas nalgadas no muy fuertes, pero fueron suficiente para sonrosar la blanca piel de su exquisita cola. Me acepta hacerle un oral, así que la tendí sobre la camilla. Comencé besándola en la boca y fui bajando por su cuello, sus pezones paraditos y duritos como botones, seguí por su delgado y hermoso vientre hasta llegar a sus otros labios, besando y lamiendo su clítoris. Ella subió sus piernas, sujetándolas con sus manos. Con esto proyectaba sus caderas hacia el frente, dándome total acceso para hacerle un rico oral que ella recibió tocándose sus pechos y chupando sus dedos. Tomó una de mis manos para agarrar y acariciar uno de sus pechos, mientras que con la otra mano le acariciaba su vientre, su cadera y su muslo. Me miraba con una cara excitada tan rica que me calentó más que la cresta. Ya para terminar volvió a masturbarme, hacerme un último oral y continuar con sus manos hasta que me hizo terminar. Me ayudó a limpiarme y me llevó a la ducha. Luego, mientras me vestía se fue a duchar ella. Finalmente le pagué y nos despedimos.
En resumen; Tremenda experiencia con Ignacia. Ella ya me había atendido bastante bien antes, pero nunca había sido tan jugada como ahora. Ni siquiera tenía que buscarla. Ella misma me agarraba y se acercaba para darme numerosos besos que me dejaron sin aliento a la vez que estrechaba su cuerpo contra el mío. Además que tiene un cuerpo precioso, delgadita y abrazable. Su cara es muy tierna pero con una mirada extremadamente traviesa cuando se prende. Me dejó totalmente enganchado. ¿Volvería? Obvio. Yo creo que más temprano que tarde estaré de vuelta con ella. Me sorprendió. Su atención pasó de ser buena a muy muy buena.