Masajes VIP - Pamela, Rica y Caliente

Centro Masajes : Masajes VIP
Ubicación : Metro Plaza de Armas
Costo : el publicado
Horario : 11:00 am
Fono : el publicado
Recepción : Buena, cariñosa
Higiene : Buena. como siempre

Terapeuta o Masajista
Masajista : Pamela Rubia
Contextura : Curvas potentes
Trato : 7++
Cara : 6.5
Besos : 7++
Masaje : 6.7
Sensitivo : 7++

Ya era hora de volver con Pamela, así que después de un mensajeo fijamos la hora. Llegado el momento me avisa que suba, llegando a su puerta, donde ella misma me recibe. Abrazo, beso y al box. De ahí a la ducha y de vuelta a la camilla. Ella entró luciendo una lencería negra que permitía apreciar sus abundantes curvas. Empezó su masaje en la espalda para luego pasar a hombros, brazos y piernas. Como siempre su masaje es bastante completo, agregando presión para destrabar uno que otro nudo. Mientras tanto hablábamos de la vida, poniéndonos al día con las novedades desde la última vez que nos vimos. Después de dejarme bastante distendido y relajado me dijo que me sentara en la camilla. Ella se colocó detrás de mi para dar un último masaje en la espalda, esta vez más suave. Yo aprovechaba de apoyarme sobre ella para así sentir sus pechos presionando en mi espalda a la vez que acariciaba sus firmes muslos. Ella me dio uno que otro besito en los hombros y en mi cuello. Me giré hacia ella para besarla en la boca. Como es usual en ella, me besó apasionadamente. Llevó su mano a mi entrepierna y acarició suavemente mi miembro que comenzó a animarse también. Luego llevamos la colchoneta de la camilla al piso. Ella se tendió frente a mí, agarró mi miembro en sus manos y los llevó a su boca. Lo besó y acarició con suavidad al comienzo, aumentando la presión lentamente mientras pasaban los segundos. Pamela sabe dar muy buenos orales. Lo besa, lo lame y lo chupa. Ya cuando me tenía más prendido que la cresta, me pone condón y lo lleva a su vulva. Después de unos roces a su clítoris entro en ella. Uff qué mujer más rica. La sentía excitada mientras entraba en ella. Mientras tanto ella ponía unas caras muy ricas. Nos abrazamos y nos besamos lenta y profundamente mientras continuábamos a lo misionero. Ya para terminar le pido a lo perrito. Ella me consiente, deleitándome la vista con su gran, redonda y firme cola mientras vuelvo a entrar en ella, afirmado a sus caderas. Ya era hora de terminar, así que después de una aceleración final llego al orgasmo, quedando agotado pero feliz. De ahí el trámite usual, me entrega toallitas húmedas para limpiarme y de ahí me llevó a la ducha, mientras ella se quedaba ordenando el box. Luego alistarme, pagar, despedirme con un fuerte abrazo y salir.

Pamela sigue tan rica como siempre. Ya nos conocemos desde hace algunos años y siempre su atención es sobresaliente. Definitivamente uno de las mejores atenciones disponibles. ¿Volvería? Claro que sí.

Como se castiga con la rica Pamela, una diosa

Dato calado la Pamela, nada que decir.... se agradece compartir la experiencia camillero