Kamasutra
“Llegue como extraño, me fui con una aventura insuperable”
Alguna vez te paso que te sorprendiste de la calidez de gente que no conoces, debe ser del sur dirás interiormente…
una sonrisa en el rostro, una mirada sincera que de entrada te anuncia que eres más que bienvenido, serás un invitado de honor. Todo se desenvuelve ni rápido ni lejanamente lento, todo esta como deber ser, ducha tibia, silencio que no incomoda sino lleno el espacio ante las ansias.
Una chica como ningún otra exuberante por naturaleza, que no solo entiende lo que necesitas sin que se lo pidas, te relaja como si la conocieras hace años y apenas las has visto por primera vez, los roces de sus manos van alivianando el dolor del cuerpo, y de reojo ves la gloria divina de unos enormes pechos que no lo puedes creer y estas ansioso por tomarlos con una posesión demoniaca.
De un momento a otro todo parece cambiar, el clima de Santiago vuelve gradualmente a pleno verano, sus manos se convierten en fuego cuando comienza a estimular la virilidad, ¿te gustan los besos?
Te mira y te toca como si fuera el fin del mundo, no importa nada en ese minuto solo la destrucción de los cuerpos, con cada pose se enciende no solo la habitación, se mueve como una diosa antigua, sabe como matarte si lo desea, pero ella también quiere disfrutar, le gusta lo que está pasando siente tus ansias elevadas por el cielo y no para cada vez que puede de estimular tu masculinidad, en cuestión de minutos pierdes el sentido del oído, viendo aquellos senos con enormes pezones que son oscuros como la noche y tan deliciosos que de da miedo morderlos.
Con todos sus movimientos pélvicos, su excitación, sudor por la satisfacción y el éxtasis del minuto todo termina como una decapitación, rápida, quedas paralizado de cuerpo a cabeza, con vuestra cabeza quien sabe donde se encuentra.
Y cuando todo parece volver a la normalidad, después de otra ducha un poco más fría para devolver el alma al cuerpo, una sorpresa inesperada… al salir un encuentro con otra amiga, semidesnuda una diosa al igual que ella, pero con un cuerpo… su orgullosa delantera es imposible de olvidar.
Ambas chicas se despiden con mucho afecto, como si fuera un viajero que volverá a cobrar una promesa que espera que algún día se cumpla.