Ámbar, una verdadera Femme Fatale.
Al llegar al lugar me la presentan, buen cuerpo, lindo pelo, bonita cara, derriere muy hermoso, piel suave como la seda.
Traje negro ajustadísimo que resalta su figura, zapatos negros acordes, esas ligas negras, que de solo mirarlas hacen volar la imaginación (¿existirá alguna prenda de vestir femenina que sea tanto o mas erótica que las ligas?), para mi, son placer a la vista, la mente se activa y comienza a ver de diferente manera a la mujer que las lleva puestas. A la vista, una “Femme fatale”, esas mujeres exquisitas, hermosas, de linda voz, lindo cuerpo, lindo caminar, bellas.
Luego de la ducha obligatoria, camilla, masaje. Al cabo de unos minutos, ese traje ajustado ya había sido víctima de la gravedad, siento su cuerpo junto al mio, que maravilla. Las palabras mágicas “dese vuelta”, y la tenía para mi, su cuerpo desnudo, solo esas sugerentes ligas siguieron en su lugar. Sus pechos recorriendo mi cuerpo, sus labios besándome, su boca que me hace disfrutar.
Besos, caricias, mas besos y mas caricias...comienzo a bajar, saboreando cada parte de su cuerpo, su cara, su cuello, sus ricos pechos, su ombligo, su Monte de Venus, sigo bajando y me pierdo en ella, besándola y sintiéndola.
El roce de nuestros cuerpos, el respirar agitado, su voz...ese sudor rico de mujer que recorre su cuerpo y que a la vez yo saboreo, sintiendo esa esencia exquisita que solo una mujer posee, elixir de la diosa del amor que hace rozar un placer que no tiene límites. El sentir el roce fuerte y suave a la vez por mi espalda, esa mezcla de sensaciones que hace llegar a las puertas del cielo de disfrute, que nivel de disfrute.
Nuestros cuerpos siguieron disfrutando del placer, disfrutando juntos, cada nueva posición era una nueva ocasión para disfrutar. mas y mas con semejante beldad. Cada momento fue placentero, a la vez de una delicadeza tal, de no tratar de romper el hechizo de la diosa del amor, siguiendo el impulso de nuestros cuerpos poseídos por la pasión y el placer.
Semejante disfrute, tanto gozo, la suma de todo lo placentero, todo eso hace que comience a sentir ese rico cosquilleo dentro de mi, ese cosquilleo fruto de semejante belleza que me hacía disfrutar de una manera espectacular, hace que termine sobre su delicado ombligo. Coloco mi cabeza junto a su pecho, sintiendo su corazón latir agitado, el vaivén de su respirar, sus manos acariciando mi pelo, soy un niño sobre su regazo.
Ducha, vestirse, despedida (quiero volver, volver y volver). En mi mente llevo la satisfacción inmensa de haber disfrutado a tan bella fémina, su figura, su voz, su aroma, su sabor, en resumen, todo de ella.
Se preguntan si volvería, pues claro que si, sin lugar a dudas.
Se preguntan si hay empote, claro que no, eso si que no, nunca mas, jamás.
Debian, Hyundai, Chevrolet