Bueno, primero que nada saludos a todos, ya que he estado mucho pero mucho mucho tiempo alejado de todo, desconectado del mundo, así que ahí vamos.
Decidido a retornar al aceite, a última hora agendo en EDB y...¡¡¡oh!!!...para “muy mala suerte” mía, estaba Ámbar, cosita rica con quien ya estuve en otras ocasiones (acá está la mía, me dije), así que raudo me dirijo hacia allá.
Como siempre la agradable bienvenida del Señor Beleno, luego esperé un par de minutos hasta que llegó mi musa. Ella es como el vino, cuanto mas pasa el tiempo, mas rica está, mas apretadita, su derriere mas exquisito, ese hablar especial, siempre gentil y amable, con su sonrisa a flor de labios, extrañaba una mujer como ella y estar juntos un tiempo. Una buena ducha y de vuelta a la camilla, de guata, cerrar los ojos y sentir sus manos.
¿Del masaje?, no me di ni cuenta cuando terminó y ya estaba girándome en la camilla, yo el perla seguía con los ojos cerrados, solo escuchaba cuando sus ropas caían, hasta que los abro y la veo, como gata en celo subiéndose sobre mi, gateando suavemente, besándome y rozando sus ricos pechos en mi.
Mis labios de inmediato a sus ricos pechos, besando y sintiendo su sabor a mujer, mi lengua jugando con sus ricos pezones, mis manos recorriendo su rico cuerpo, tratando de no ser brusco y destrozar la magia del momento. Mi estatura es mayor a la de ella, pero ella se mueve como gatita, me dejo llevar. Muchas veces intercambiamos posiciones y lugares en la susodicha camilla, ver sus pechos moviéndose fruto del vaivén y la gravedad, arriba mio, ver como nuestros cuerpos interactúan mutuamente, sus suaves quejidos, ese exquisito saborcito a sudor que se desliza por su pecho y termina en mi boca, elixir infinito de placer.
Ver el contorno de su espalda, las curvas de su cintura en mis manos, de cóncavo y convexo, recorriéndola completa, el gozo es mayúsculo en mi. Su mano juega conmigo, ella se coloca junto a mi, sus pechos rozándome, siento que ya se acerca el momento cúlmine (tanto placer tiene su resultado), mi boca y lengua se deleitan con ella, rodeándola con mis brazos y apegándola a mi, mis manos perdidas en su cuerpo, recorriéndola en cada milímetro, sintiendo su calorcito rico de mujer. Ya me es imposible soportar tanto placer y gozo, así que termino junto a ella, mi cabeza descansa junto a su pecho, sintiendo su palpitar acelerado, su respirar, su voz, ambos estamos cubiertos de sudor y placer.
“Me dejaste muerto”, le digo.
“¿Y qué queda para mi?”, me dice ella, riendo a la vez.
Quedo rendido en la camilla, a la espera de la ducha. Ducha, vestirme, despedida de ella, quedando cada instante de nuestro tiempo en mi mente.
Ya todo terminó, el viejo y fiel Chevrolet SS me espera para llevarme a mi casa, radiante y feliz como una lombriz.
Me despido, esperando que haya sido de su agrado el reporte estimados contertulios y a la vez que a mi musa no le haya incomodado.
Atte. Flying Tiger.
Debian, Hyundai, Chevrolet