La había conocido hace casi justo un mes, como Daniela en Masajes Mimuzza. Intenté volver a agendar con ella varias veces, sin éxito, agenda completa. Supe que se había cambiado a Sensual Relax y me puse en campaña.
Hasta que por fin logré reencontrarme con ella, mi nueva debilidad.
Había estado llamando varios días sin éxito, o la chica no estaba o se retiraba más temprano de lo que yo podía llegar.
El miércoles, finalmente, los dioses estuvieron de mi parte. Le solicité a la telefonista agendar a las 19:00, Montserrat estaba junto a la telefonista y pidió saber si yo ya la conocía, le dije que sí pero que era poco probable que se acordara de mi, una visita entre tanto kalifa, porsiaca, le di una pista y ella preguntó (la oí) ¿es nnnnn? ¡¡se acordaba de este humilde contribuyente!! quedé agendado "conste que no siempre me quedo hasta esa hora" fue el último comentario.
Más contento que político en la tele, llegué ayer al centro. Una grata sorpresa, una casona antigua, de varias habitaciones, todo limpio y ordenado. Muy cerca (unos 120 metros) del centro más visitado por mí el último tiempo.
La recepcionista me guió hasta la última habitación del largo pasillo. Amplia, decorada con muchas fotos de Marilyn y otros próceres del cine (la habitación "Hollywood"), con baño en suite. Al rato llegó ella, con su generosa sonrisa, besos, abrazos, caricias, risas. A la ducha, rico ducharse sin tener que salir por los pasilllos exhibiendo mi esmirriada humanidad.
De regreso en el box, me invitó a tenderme en la camilla, pero luego se acordó que le había contado que a partir de la segunda visita rara vez pedía masaje (peligrosa la memoria de la muchachita).
Harta conversa, le conté de tooodos los intentos que había hecho para volver a verla, en el otro templo y en este. Ella me contó algo de lo acontecido en estas semanas sin vernos. MIentras conversábamos, la aligeré de ropita, y fuimos entrando en calor.
Fue un encuentro intenso y muy grato, ella hace que uno se sienta el centro del universo.
Se nos hizo corto el tiempo, nos vinieron a tocar la puerta. Antes de eso, ella me había dicho "podríamos estar unas tres horas así..." qué más hubiera querido yo, pero la realidad es más porfiada que la cecilia perez. Así que ducha, promesas de reencuentros, pagar y chao, con más besos, de esos ricos que nos damos.
¿volvería? ya dije que esta musita es mi nueva debilidad...
Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.