Estaba debiendo este reporte, pero no me era posible conectarme a la Camilla, hasta ahora.
El lunes 27, wspee a Vivi para ver cuál era el contingente presente en el local. Me dijo que tenía cerrado, por falta de H2O. Al rato, me contactó para avisarme que ya contaban con el vital elemento y, por lo tanto, iban a abrir. De paso, me pidió avisar a los camilleros. Volví a preguntar por el contingente y me quedó sonando el nombre de Victoria. Yo necesitaba una Victoria, después de una derrota reciente, así que decidí darle una oportunidad al destino.
Al llegar, me recibió Camila, target pendiente, la conozco hace más de un año, pero aun no me atendí con ella. Se ve bien la Cami, me rondaba la mente la idea... pero estaba agendada por otro kalifa. Luego de un rato en el abandono mismo, entró al salón una chica de bastante buen ver, me encantó su cara, tenía cara de italiana, una mezcla de varios rostros conocidos, sensuales todos ellos. ¿Victoria? “sí, soy Victoria. Le hice un para de preguntas para carificar detalles del servicio, me faltó una imortante, pero qué se va a hacer. Luego de responderme, me preguntó ¿qué te gusta? Yo respondí breve: “tú”.
Subimos al segundo piso, ducha y al box. Mientras me preparaba para el masaje, se inició una entretenidísima e interesante conversa, que sería mi perdición. París, Barcelona, Venecia, Florencia, Lisboa y... Portofino. El masaje se me pasaba desapercibido con lo entrete de la conversa. En algún momento, ella me dijo algo así como “te voy a mostrar algo que te va a gustar, es que me gusta lo mucho que sabes y que has viajado” en fin, me doró la píldora, por un segundo, pensé que me mostraría alguna intimidad excitante. Lo que me mostró fue más bien romántico, me dieron ganas de sentarme en la camilla y robarle un beso, así de romántico.
El masaje se prolongó harto rato, más de lo normal en mis visitas a masajistas, pero la verdad es que Vittoria me tenía cautivado, me recordó el efecto que me provocó en su tiempo Jenny de mpl, la ticher.
En algún momento, ella paró el masaje y la conversa y se puso contra la pared, frente a la cabecera de la camilla. Yo sospeché de inmediato por dónde iban los tiros (... algo de experiencia tengo...) asi es que levanté la cabeza para mirar lo que venía. Ella se sacó algo de ropa, quedó en colaless y brassiere y empezó a moverse cadenciosamente, con esa sensualidad que sólo pueden tener las mujeres de las riberas del mar Mediterráneo. Fc, que hasta el momento había estado preocupantemente relajado, reaccionó y sentí que la camilla me presionaba. Se quitó el brassiere y quedaron a la vista unas tetas enormes, de esas que es difícil pedirles resistencia a la fuerza de gravedad, pero de buena consistencia. Se giró y su culo quedó frente a mis ojos. Yo estaba atónito y no reaccioné. A la segunda vez que su culo quedó frente a mis ojos, estiré mis manos para acariciar esas porciones de piel. Ella se giró y se aproximó a mi, poniendo a mi alcance sus generosas tetas. Mis manos y boca se dieron un festín, ella me estimulaba “qué rico me chupas”.
En algún momento, me dio instrucciones “ponte de lado en la camilla” ella se acomodó a mi lado, yo tomé su cabeza y la aproximé a mi. Nos besamos apasionadamente. Yo mantenía su cabeza agarrada y apretaba en cada beso, mi lengua rozaba su epiglotis. Ella me pidió que le volviera a chupar las tetas. Mis manos indagaban sus zonas reservadas, le quité el colaless, ella colaboró, cuando notó el movimiento de mi cabeza y me advirtió, no permite sexo oral... a menos que...
Jugueteamos un rato, ella puso profiláctico y aplicó un buen oral. En eso estábamos cuando nos vinieron a tocar la puerta, nos habíamos pasado de la hora. Fc quedó con las ganas contenidas.
El exquisito momento de amena charla y de dulce cercanía que habíamos logrado (al menos eso me creí yo, jajaja) nos pasó la cuenta, a eso, sumarle que soy duro de matar.
Vittoria, mia dolce ragazza. Torneró, ti prometo.
Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa.